- La alta cocina va camino de convertirse en el octavo arte, por mucho que a muchos críticos se les indigeste la idea. Ferran Adrià se coló hace dos años en la Documenta de Kassel, la feria de arte contemporáneo más importante del mundo, y ahí empezó a cambiar el panorama. Ayer se dio un paso más en este sentido, el que acaban de dar La Fura dels Baus y el cocinero Andoni Luis Aduriz, jefe del Mugaritz (dos estrellas Michelin y cuarto mejor restaurante del mundo según la revista Restaurant Magazine), que ardió en febrero y reabrirá en junio. La compañía de teatro catalana presentó ayer Degustació de Titus Andronicus, versión de la primera tragedia que escribió William Shakespeare en que la gastronomía tiene un papel tan fundamental como la música, la danza, el texto y las proyecciones audiovisuales. «Siempre hemos perseguido el espectáculo total, que el espectador tenga los cinco sentidos a tope», resume Pep Gatell, uno de los directores de la compañía y responsable de este montaje. Y ahí se cuela la gastronomía, «como un actor más».
La obra, que se estrenará el 7 de mayo en San Sebastián y estará de gira por el mundo durante casi dos años (quizás en el Mercat de les Flors a principios del 2011), es la primera de La Fura que incorpora texto. No es la primera, en cambio, que usa la comida; corazones con sangre coagulada, pulmones… «Todo muy escatológico, y nos lo tirábamos entre nosotros, no se lo ofrecíamos al público», recuerda Gatell. Sí será la primera vez, en cambio, que servirán platos elaborados y delicatessen, jugando con sabores y olores. Incluso hay un banquete sobre una plataforma al final de la obra en el que comerá una treintena de personas del público mientras abajo se producirá la matanza final de Titus Andronicus. La firma de Aduriz era necesaria, pues, para dar confianza al espectador. «Sin alguien del calibre de Andoni, era imposible conseguirlo. Es que en nuestro pasado hemos mojado y quemado al público».
Aduriz, que reabrirá el Mugaritz con recetas nuevas y lleno durante dos meses, reconoció la dificultad del «reto» que le propusieron los miembros de La Fura cuando descubrieron que la delicadeza de sus platos creaba «impulsos brutales, de los que se recuerdan toda la vida».
RECETARIO DE LA ÉPOCA ROMANA / El chef vasco ha indagado en el recetario de la época romana para crear los platos que se sirven durante la obra. «Se trata de reforzar la trama o de buscar metáforas. De jugar con los sabores, de potenciar dualidades», cuenta Gatell. De mostrar el enfrentamiento entre contrarios sirviendo a la vez algo salado (algas deshidratadas) y algo dulce (peras confitadas).
¿Alta cocina, octavo arte? Responde Aduriz: «No lo sé. A restaurantes como el nuestro nos falta pasar la frontera de la performance porque no vendemos comida, sino sensaciones. No son comedores, sino sensoriums. Busco la experiencia, el límite de las cosas». Como La Fura.
FUENTE: FERRAN IMEDIO, EL PERIODICO
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